Fernando VII: retorno del absolutismo

Veremos cómo con Fernando VII retorna el absolutismo a España.
En 1812 la guerra cambió de signo para las tropas anglo-hispano-portuguesas que empezaron a recuperar terreno en la península Ibérica, en tanto las Cortes reunidas en Cádiz, proclamaban una constitución moderada. En noviembre de 1813, Napoleón I entró en contacto con Fernando VII y éste autorizó una paz basada en la neutralidad de España, pero las cortes se negaron a ratificarla. Pese a ello, Napoleón liberó a Fernando VII en marzo de 1814, poco antes de caer él mismo del poder.
Durante la última fase de la guerra se acentuó el enfrentamiento entre las clases privilegiadas y nostálgicas del antiguo régimen y la burguesía liberal que quería aplicar la Constitución de 1812. En este momento intervino decisivamente el estamento eclesiástico que, sintiéndose amenazado en sus intereses por la revolución burguesa, se alineó con la oligarquía e influyó notablemente en el pueblo para que rechazara el sistema constitucional.
A la hora de regresar a España, Fernando VII dudaba entre una y otra opción. Entró en Cataluña el 22 de Marzo de 1814 y se dirigió hacia Valencia entre las aclamaciones del pueblo, frente al cual había conservado su imagen carismática de “deseado”. Por el camino recibió un mensaje del Consejo de Regencia recordándole su obligación de jurar los principios constitucionales. Sus acompañantes, Macanaz, Gómez Labrador, el duque del Infantado y el infante don Antonio, le aconsejaron no dar este paso. El 22 de abril de 1814, 69 diputados realistas publicaron en Madrid el llamado “manifiesto de los persas”, donde se mostraban partidarios del sistema absolutista, con la sujeción del poder real únicamente al bien común, y de la supresión de las instituciones intermedias y representativas de la soberanía popular. Cinco días más tarde, cuando revisaba unos regimientos en Valencia, el general Elio le ofreció su bastón de mando como símbolo de su categoría de general en jefe de todas las fuerzas armadas.
Seguro del apoyo del ejército, del clero, de la alta nobleza y del pueblo, Fernando VII se decidió y, el 4 de mayo, publicó una Real Orden que anunciaba la constitución y la legislación de las cortes y, anunciaba su decisión de no someterse a los poderes legislativos, aunque prometió respetar las libertades individuales, algunas reformas y convocar a Cortes. El nuevo capitán general de Castilla, Francisco de Eguía, fue el encargado de llevar a cabo el golpe de estado, y en la noche del 10 al 11 de mayo arrestó a los más representativos constitucionalistas que, sorprendidos, no pensaron en resistir.[1]
Ver también: Fernando VII, Juventud , Fernando VII y la marcha a Francia
[1] Fernando VII. Enciclopedia Universal Ilustrada europeo americana. Espasa Calpe SA Madrid 1979.

Comentarios

  1. bueno, es una muestra de lo dificil o intrepido de tomar ciertas decisiones, muy buena capsula historica, saludoss!!

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